Isla Mujeres. – De la casa del extinto Ramón Bravo Prieto ya no queda nada y todo parece indicar que el pleito legal por la propiedad podría llevar varios años más.
Antonio Kofler, abogado que le da seguimiento el caso del predio de Ramón Bravo, confirmó hace unos días que hubo falsificación de documentos para celebrar una segunda venta por parte de María Vallejo, viuda de Ramón Bravo, pero no quiso dar mas detalles por el momento.
Asimismo lamentó la destrucción de la casa de Ramón Bravo, un hecho que no se había hecho público hasta hace unos días, ya que es complicado el acceso.
Quienes llevan el pleito legal dijo que se busca recuperar bien y resolver el tema de los “tesoros” documentales de Bravo, los cuales buscaron conservar y exhibir después al público, a través del museo, cuyo proyecto parece truncar por la limpieza total del predio.
Por el momento no puedo adelantar datos por momento por los procedimientos legales. Pero estamos tranquilos. Las cosas están bien”, dice tener mucha oportunidad de restablecer el orden.
En aquella venta no se contempló la destrucción de los bienes de Ramón, al contrario conservarlo, tal como consideró igual su hija Deborah, quien también estuvo hace poco en la Isla para expresar con sus amigos de su padre su sentir a que se resuelva favorablemente el asunto y no quede al aire el asunto del museo.
Al desaparecido Ramón Bravo Prieto, se le reconoció como hijo predilecto de Isla Mujeres, pero de sus películas, recuerdos y archivo fílmico ya no se sabe nada.
De hecho tampoco ha quedado nada de su casa, todo fue demolido.
cómo gente inconsciente procedieron a derribar todo el conjunto, en medio de la complicidad oficial, por lo que no descartan promover juicio legal en contra de la autoridad local por permitir esta destrucción de la cultura”comentó el abogado.
Ya no hay nada sobre su dormitorio de dos plantas, por abajo estaba su maquina de escribir para sus reportajes en medios nacionales, desempeñar su labor periodístico, lo ultimo que hizo, por cierto, fue la denuncia por abuso en contra del Parque Nacional de Isla Contoy, en 1993, lo que provocó el cierre del mismo por más de un año, por orden del presidente Carlos Salinas.