Othón P. Blanco.- El tráfico de especies silvestres exóticas, sobre todo los que están en riesgo de extinción, es la tercera actividad más redituable para la delincuencia de alta peligrosidad.
Le superan el narcotráfico y trata de personas, según un estudio realizado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Quintana Roo.
La investigación fue iniciada en el 2016 y se actualiza constantemente.
La abundancia de especies silvestres en la selva de Quintana Roo fomenta dicha actividad.
Según el muestreo, no son directamente los integrantes de grupos delictivos quienes se dedican a la captura de los animales.
Son los habitantes de comunidades rurales marginadas que ante la falta de medios de producción y subsistencia, ven en esta actividad una alternativa para obtener recursos.
Las especies que más se atrapan son aves consideradas de ornato, loros, pavos de monte o faisán, gavilanes, reptiles, monos, mapaches, tejones y hasta crías de felinos.
Este fenómeno se registra más en la Zona Maya, pero también se tienen indicios en el Sur de Quintana Roo.
La falta de personal en la Profepa y presencia de las corporaciones policíacas, favorece dicha actividad.
Los ejemplares son vendidos en otros países en dólares.