El 19 de septiembre es una fecha que es recordada por muchos, especialmente en la Ciudad de México, ya que en 1985 y en 2017 ocurrieron sendos terremotos que alteraron la vida de los habitantes de la capital.
Hace 35 años, un sismo de magnitud 8.1, con epicentro entre las costas de Michoacán y Guerrero, generó innumerables daños, en promedio, en edificios de entre siete a 15 pisos de construcción, los cuales fueron los más perjudicados, de acuerdo con el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico.
Ese día, a las 7:19 horas, las calles y construcciones comenzaron a moverse, justo cuando muchos habitantes comenzaban con su rutina matutina. El noticiero de canal 2, “Hoy Mismo”, comenzó a tener fallas en su transmisión, para cortarse segundos después de iniciado el fenómeno.
Al menos 2 mil 831 inmuebles resultaron afectados, y el daño causado por el temblorascendió a 5 mil millones de dólares en ese entonces. La cifra de muertos, al menos la oficial, fue estimada en 20 mil personas.
Ese temblor generó una cultura de la Protección Civil, por ello el 19 de septiembre es muy común que se realicen simulacros de evacuación en escuelas, oficinas y edificios públicos, para cobrar consciencia sobre los temblores. Justo unas horas después del macrosimulacro de 2017, la ciudad fue azotada otra vez por un sismo.
Un nuevo movimiento telúrico de 7.1 en magnitud sacudió el Valle de México. En esta ocasión, diversas personas reportaron que la alerta sísmica, con sensores instalados en la costa de Guerrero, tardó en reaccionar.
El epicentro de este sismo fue en el estado de Puebla a las 13:14 horas, es decir, a 120 kilómetros de la capital, distancia menor a la existente entre la Ciudad de México y Guerrero, que es de casi 300 kilómetros.
Varios edificios sufrieron daños y otros se desplomaron. Las regiones más afectadas fueron las colonias Condesa, Roma, Del Valle, Coapa, San Gregorio Atlapulco, entre otras.
Una investigación de la organización civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad reveló que en 28 edificios que se derrumbaron o que resultaron dañados había fallas en su construcción, modificaciones en la estructura de los inmuebles y uso de materiales de baja calidad, entre otras anomalías.
El saldo de aquél fenómeno fue de 369 personas fallecidas y más de 7 mil lesionados.