Italia, Reino Unido, Francia, Alemania o Bélgica reforzaron sus medidas de seguridad ante la latente amenaza terrorista
Por ejemplo, hace tiempo que París tomó medidas especiales contra atentados, además dela vigilancia reforzada.
Unos bloques de hormigón impiden la entrada de coches en el museo del Louvre, y a finales de marzo, el Consejo de París dio su visto bueno final a la construcción de un dispositivo de seguridad para la Torre Eiffel que incluye un muro de cristal blindado en dos de sus laterales y que, con un presupuesto de 20 millones de euros, debería estar finalizado para el segundo trimestre de 2018.
En Italia, los cascos históricos de las principales ciudades ya se están llenando de barreras protectoras.
El ministro del Interior, Marco Minniti, decidió no aumentar el nivel de alerta tras los atentados, pero pidió fortalecer las medidas de seguridad en todo el territorio e instó a las ciudades a que aumentaran los controles en los registros de los hoteles, renta de coches y permisos para acceder al centro con camionetas.
Roma y Milán son las urbes más vigiladas tras las amenazas lanzadas en las webs yihadistas, que señalan al país como su próximo objetivo, añade el rotativo español.
La delegada del gobierno en Milán, Luciana Lamorgese, dispuso montar unas barreras en la zona del Duomo y, además, la policía local puso bloques de tres metros de ancho y 80 centímetros de alto también en los accesos de la Galería Vittorio Emanuele y de Cordusio; en unos días harán lo mismo en los Navigli, una zona de locales nocturnos y de compras.
En Londres tampoco se elevó el nivel de alerta, que sigue siendo “severo”, el segundo más alto en una escala de cinco.
Sin embargo, la proximidad del carnaval en el barrio londinense de Norring Hill, el cual inicia el sábado 26, forzó a adoptar medidas extraordinarias. The Times filtró que habrá soldados armados vestidos de civil entre el público.
En Francia, la ciudad de La Rochelle instaló de forma permanente en torno al Puerto Viejo unas barreras de hormigón para impedir la entrada de vehículos a alta velocidad.
También Lille tomó medidas excepcionales con ocasión de la Braderie, el histórico mercado callejero que se celebra el primer fin de semana de septiembre, suspendido el año pasado tras el atentado de Niza.
Las entradas al área fueron blindadas con mil 800 toneladas de bloques de hormigón y habrá 29 puestos de control para acceder al evento.
En Alemania, el Ministerio de Interior indicó que el riesgo de atentado sigue siendo alto y no descarta eventuales ataques de pequeños grupos.
Mientras que, en Bélgica el organismo que coordina el análisis de la amenaza terrorista mantuvo el nivel de alerta en el tres, un escalón por debajo del máximo. El nivel actual indica que la amenaza es «grave, posible y creíble», y mantiene en la calle a unos mil 250 militares.