El papa Francisco deberá valorar ahora si deja más tiempo al cardenal Rivera Carrera al frente de la Arquidiócesis de México ó si acepta su renuncia inmediata
“El cardenal presentó la renuncia en tiempo y forma el mismo día que cumplió años, el 6 de junio. La presentó ante la Nunciatura, ante el nuncio Franco Coppola y entregó su carta de renuncia como lo establece el Código de Derecho canónico”, dijo a Notimex.
En entrevista, detalló que el papa Francisco deberá valorar ahora si deja más tiempo al cardenal Rivera Carrera al frente de la Arquidiócesis de México o bien, si viene un relevo pronto o le acepta públicamente la renuncia; “esa es una decisión absoluta y soberana del papa”.
Valdemar indicó que Rivera Carrera está al frente del Arzobispado de México desde hace 22 años, sin embargo una vez que sea aceptada su renuncia se convertirá en arzobispo emérito, pero no dejará de ser cardenal, por lo que podrá participar en un cónclave antes de que cumpla 80 años.
Recordó que al cardenal Juan Sandoval Iñíguez, arzobispo de Guadalajara, le aceptaron la renuncia cuatro años después de cumplir los 75 años y en el caso del cardenal Ernesto Corripio, antecesor de Rivera Carrera, solamente estuvo un año más al frete de la Arquidiócesis de México.
Entonces, “varía muchos las circunstancias y será una decisión totalmente tomada por el Santo Padre”, indicó el vocero de la Arquidiócesis de México.
Sobre el estado anímico del Cardenal Rivera, indicó que está muy tranquilo, “ha sido un episcopado muy largo al frente de la Arquidiócesis, hay logros muy notorios, muy claros de lo que él es consciente y, sobre todo, él está en una actitud de absoluta disponibilidad a lo que determine el santo padre”.
Rivera Carrera nació el 6 de junio de 1942 en La Purísima, Tepehuanes, en la Arquidiócesis de Durango y fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1966 en Roma por el papa Pablo VI, en la Basílica de San Pedro.
El 5 de noviembre de 1985, fue nombrado Obispo de Tehuacán, su consagración episcopal se realizó el 21 de diciembre de 1985 y promovido a la sede metropolitana y primada de México el 13 de junio de 1995.
El 18 de enero de 1998 fue designado Cardenal de la Iglesia; el 21 de febrero del mismo año le fue impuesto el capelo cardenalicio por el papa Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro y, posteriormente, el 1 de marzo fue recibido en la Catedral Metropolitana como nuevo cardenal metropolitano.
Ya como cardenal, fue designado como miembro de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, integrante del Comité de Presidencia del Consejo Pontificio para la Familia y miembro de la Pontificia Comisión para América Latina.
Además, titular de la Iglesia de San Francisco de Asís en Roma, integrante de la Congregación del Clero y formó parte del Sínodo Permanente de los Obispos (realizado en octubre de 2001). Entre otros cargos, se desempeña como presidente del Consejo Interreligioso de México y Presidente del Consejo Ecuménico