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Milton tocó tierra el miércoles como huracán de categoría 3 en la costa oeste del estado estadounidense de Florida, para luego bajar a categoría 1, y cruza Florida en dirección este provocando fuertes inundaciones y peligrosos vendavales.
Tal y como estaba previsto, el ciclón procedente del Golfo de México entró en la península por la parte central de su costa oeste, al sur de la Bahía de Tampa, sobre las 20:30 hora local (00:30 GMT), informó el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (CNH).
Las autoridades confirmaron la muerte de cuatro personas en el condado de St Lucie, en la costa oeste de Florida, por tormentas previas al ingreso del huracán. Por su parte, en la zona de Palm Beach se reportaron cinco heridos y en Tampa 16 personas fueron rescatadas de entre árboles que cayeron.
El ciclón hizo su entrada en el estado con
ráfagas de viento de unos 200 km/h, que a medida que penetraba en el tierra firme han ido bajando de forma paulatina hasta 145 km/h, según las mediciones del CNH.
En las zonas más afectadas el nivel del mar se elevó
hasta 3 metros, lo que combinado con los fuertes vientos tiene el potencial de causar graves inundaciones y destrozos.
Los primeros reportes dan cuenta de que el estadio de béisbol Tropicana de San Petersburgo, sede del equipo de los Bay Rays de las Ligas Mayores, perdió parte de su techo por culpa del vendaval. Por su parte, la sede un diario local resultó dañada cuando una grúa cayó sobre ella.
Las autoridades locales han anunciado el cierre de todas las carreteras y vías terrestres para acceder a la localidad, debido a las
«peligrosas condiciones», anunció la policía.
Además del crecimiento de las aguas, las cuales en el resto de la costa oeste de Florida se calculó aumentaron entre 30 centímetros y más de 2,5 metros, las intensas precipitaciones que están dejando entre
200 y 300 litros por metro cuadrado, en algunas áreas, de acuerdo con el CNH.
En San Petersburgo y Tampa se calcula que han caído más de 18 pulgadas de lluvia, eso es casi medio metro, lo que coloca a este fenómeno como un evento que ocurre una vez cada mil años en esa área, aseguró la climatóloga experta de la BBC, Helen Willets.
Asimismo, más de
3,2 millones de hogares y negocios han perdido el suministro eléctrico solamente en Florida, mientras que otros 107 mil más en los vecinos estados de Georgia y Carolina del Norte también se encuentran a oscuras, según la página de internet especializada PowerOutage.us.
Las empresas eléctricas han pedido paciencia a sus clientes, advirtiendo que todavía es muy peligroso enviar a sus trabajadores a intentar levantar los postes y el cableado caído.
Millones de evacuados
Pocas horas antes de tocar tierra, Milton fue rebajado de huracán de categoría 4 (vientos de hasta 251 km/h) a
categoría 3 (hasta 208 km/h).
El CNH adelantó que el ciclón sería “extremadamente peligroso” al alcanzar la costa centro-oeste de Florida, donde los preparativos y evacuaciones “debieron completarse esta mañana”.
El área metropolitana de la Bahía de Tampa fue puesta en alerta máxima y parte de sus tres millones de habitantes recibieron órdenes de evacuación.
Pero no solo los residentes de Tampa fueron forzados a desplazarse,
órdenes de desalojo fueron dictadas en 31 condados de la costa oeste del estado, informaron desde la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
Las autoridades alertaron a los ciudadanos que el incumplimiento de sus instrucciones podría costarles la vida.
“Es cuestión de vida o muerte”, afirmó el presidente Joe Biden.
Esto no quiere decir que toda la población de la franja amenazada por el Milton haya huido o sido evacuada; muchos de sus habitantes, en especial quienes viven en edificios más resistentes, se han quedado en casa.
«Refúgiense y resistan»
Cuando un huracán toca tierra
tiende a perder intensidad, ya que se separa de las aguas cálidas que le proporcionan energía y encuentra mayor fricción sobre la superficie terrestre.
Se esperaba que Milton atravesase la península pasando por
el área metropolitana de Orlando, con casi 2 millones de habitantes. Y luego deberia salir por la costa este rumbo a Bermuda, donde ya se debería haber degradado a tormenta tropical, según las estimaciones del CNH.
Poco antes del arribo de ciclón el gobernador de Florida, Ron DeSantis, advirtió de que ya no era seguro seguir evacuando.
«Así que
ahora deben refugiarse donde estén y resistir«, advirtió DeSantis, instando a los residentes a permanecer en el interior y no salir a las carreteras.
Entretanto, el presidente Biden agradeció a los servicios de emergencia su labor y afirmó que mantiene una comunicación directa con las autoridades locales.
Unas 80.000 personas se encuentran en refugios instalados por los distintos organismos gubernamentales en distintas zonas del estado, aseguró la directora de FEMA, Deanne Criswell, a la BBC.
La funcionaria afirmó que el hecho de que el huracán esté perdiendo fuerza no implica que el peligro haya pasado.
«Aunque el viento está disminuyendo, las amenazas no», declaró.
«Con el aumento de la cantidad de lluvia y con la amenaza de inundaciones repentinas es necesario quedarse quieto y no salir», remató.
Por su parte, Bill McDaniel, de la empresa de servicios públicos Plant City de Tampa, también instó a los residentes a evitar salir al exterior, pero no solo por las fuertes precipitaciones y vientos, sino por el riesgo de contaminación.
«No es sano ni seguro salir, así que absténgase de salir y meterse en las zonas inundadas», escribió en su cuenta de Facebook.
«
No se sabe qué hay en esa agua. Nuestras estaciones de alcantarillado están abarrotadas, hay gas, petróleo y otros contaminantes mezclados en esta agua», alertó.
Milton es el tercer huracán que toca tierra en Florida este año, después de Helene y Debby, y el más potente.
Solo en 5 ocasiones desde 1871 Florida ha recibido tres ciclones en una sola temporada.
Es además el quinto huracán que llega este año a la costa estadounidense del Golfo de México, una cifra que cuenta con solo tres precedentes.
Aquí en Tampa no dejan de sonar las alertas
Gordon Corera, periodista de BBC News desde Tampa
Aquí llueve a cántaros y el viento es intenso.
Puedo ver palmeras zarandeándose y alguna que otra rama cayendo.
Los teléfonos de nuestro equipo también están sonando con alertas de emergencia regulares que advierten de vientos extremos y riesgos de inundaciones en nuestra zona.
Estamos en un terreno más alto, por lo que es mucho menos probable que nos alcance una marejada ciclónica que en otras áreas.
La principal preocupación en el hotel en el que nos hospedamos es que se vaya la luz en algún momento.
La mayoría de las personas que se alojan aquí son residentes locales de áreas bajas; solo quieren terminar con esto y ver a qué se enfrentan mañana.