En 1969 vine a Isla Mujeres junto a mis hermanos a vender naranjas, ropas, entre otros y luego de muchos años logre entrar a trabajar en la empresa, primero como marinero hasta llegar a donde estoy
Isla Mujeres. – Su nombre es Manuel Serrano Batum y de sus 54 años de edad, leva 32 años navegando y cubriendo la ruta de Isla Mujeres a Punta Sam.
Actualmente es se desempeña como capitán de uno de los transbordadores en la empresa “Marítima Isla Mujeres” y aun cuando muchos podrían pensar que su trabajo es monótono, él lo sigue disfrutando como si fuera el primer día de su trabajo.
“Yo perdí a mi padre cuando tenía 10 años y por eso me alejé del estudio. En 1969 vine a Isla Mujeres junto a mis hermanos a vender naranjas, ropas, entre otros” explicó
Su madre era ama de casa, su padre era un predicador, motivo por el cual viajaban de pueblo en pueblo, junto a sus ocho hermanos, ninguno de ellos relacionado con el mar.
Actualmente lleva más de tres décadas trabajando a bordo de los transbordadores, pero dice que no hay nada más que lo apasione que llegar todos los días a su trabajo, el cual valora, porque sabe que lo mucho que le ha “costado” para llegar a donde está
“Yo primero quería pertenecer a la Armada de México, pero la verdad me hacía falta documentación de estudios”, afirmó el patrón de Costa.
En una pequeña entrevista, relató parte de su vida y del cómo llegó al cargo que hoy ocupa.
“Se me hacía difícil encontrar trabajo porque no había terminado la primaria y conseguir el certificado exigido era muy importante para trabajar aquí”, aclaró.
“Para entrar primero hay que conseguir una Libreta de Mar, que nos los da la capitanía del puerto, que en aquella época era completamente gratis y no tenías que tomar ningún curso ni nada, solo presentabas tus papeles (el acta de nacimiento y un comprobante de domicilio) y después de dos años se implementaron los cursos de capacitación”, mencionó además.
En el año 1984 comenzó a trabajar e inició los estudios de capacitación que en su momento se trataba de cursos básicos, como primeros auxilios, natación, entre otros.
Posteriormente luego de marinero vino su ascenso a Timonel que para ese cargo nuevamente le hizo falta otros cursos, luego siguió el cargo de contramaestre, que es el responsable de cubierta y el que se encarga de decir a los marineros como van a ir los carros acomodados, además de mantener la disciplina del transbordador Luego de esos cargos terminó el curso para Patrón de Costa o Capitán.
Para los seis meses ya estaba habilitado como Contramaestre y tres años después le dieron una habilitación para que se desempeñe como Patrón de Costa.
Dicho título se desarrolla en escala de mar, a diferencia de la formación académica para Capitán de Cruceros que se debe estudiar la en la Náutica para recibirse como Oficial de Altura que es otro nivel.
Dijo que gracias a este trabajo ha logrado aprender y viajar… “A Tampico me toco ir en dos ocasiones lugar donde llevamos el barco a reparar. En el 1994 fui a Ciudad del Carmen donde trabajé hasta terminar el puente que estaba en construcción”.
Pero definitivamente el viaje que más lo impresionó fue cuando fue a Suecia, invitado como timonel por el conocido Capitán Amado Raymundo García “Chio” para traer una embarcación.
La embarcación salió un 9 de Mayo de 1997 y durante 13 días le costó atravesar todo el Océano Atlántico. “Fue increíble y emocionante, tuvimos que hacer escala en Isla Bermudas porque el combustible no era suficiente para llegar a la Isla de Cozumel”.
Con respecto a los temores por tantos mitos que se conoce acerca del lugar dijo, “Nunca sentimos lo que nos provocó ese lugar, estuvimos 24 horas aquel 22 de Mayo, al otro día cuando partimos el barco se movía como nunca lo había hecho, no podía hacer nada porque el barco se movía de un lado al otro. Recuerdo que el rumbo marcaba unos 255 grados así que tuvimos que cambiar de rumbo porque ya se veía fea la situación, hasta que tuvimos que llevarlo a 265 grados para que se mantuviera la nave. Una vez hecho eso tuvimos que corregir el rumbo, volver a darle dirección en ese caso para el lado de Cozumel”.
Gracias al avance de la tecnología, ahora existen muchos instrumentos de navegación, pero antes sólo se trabajaba con el compás.
“Nosotros generalmente manejamos un compás, pero ahora se utiliza una tecnología giroscópica que permite moverlo a 220 grados, gira y marca un rumbo más real, ni hablar del navegador donde los oficiales ya se encarga de subir toda la información que va a hacer la travesía”.
Las anécdotas
“Recuerdo que era mi primer travesía rumbo a Punta Sam como Contramaestre, aquel día entró al ferry un autobús y de tras otro vehículo…pero cuando eché el carro para atrás, el conductor le quitó la velocidad al freno y el carro se fue hacia adelante y me prensó el brazo contra el caño de escape del autobús, de hecho me dejó la marca, luego se acercó un médico que estaba en el lugar y tuve que meter las manos en hielo porque el dolor era intenso”.
“Ese día no terminó así, cuando llegó el barco a Punta Sam uno de los marineros no había amarrado bien el barco, esto permitió que al bajar uno de los camiones y al tener sus dos ruedas delanteras ya en la rampa, el barco se moviera y vaya para adelante, lo bueno fue que el jefe de máquina Don Ofelio al escuchar mis gritos detuvo la máquina para estabilizar el camión”, agregó.
Aquel día terminó ensuciándose con el cabo, es decir cuando amarró nuevamente el transbordador se dio cuenta que estaba todo vomitado. “Aquel día me fui llorando, no podía creer todo lo que había sucedido en mi primer día laboral”, finalizó su anécdota.
Fueron muchos años y como en todo, también recuerda el anécdota que vivió durante el paso del huracán “Gilberto” en 1988.
La empresa tenía tres embarcaciones, Isla Mujeres, el Isla Blanca y el Frontera, este último encalló en el Islote la Carbonera.
El primero ya fue vendido y el “Isla Blanca” actualmente se encuentra en mantenimiento en Ciudad del Carmen Campeche.
Después del azote del huracán “Gilberto” llegó una embarcación de Cozumel conocido como El Quintana, nave que llegó para apoyar con insumos.
El huracán Gilberto nos dejó sin energía por más de dos meses, sin agua potable, porque la tubería que llega de Punta Sam a Isla Mujeres fue dañada. Nos abastecían por medio de pipas”, explicó el Patrón de Costa.
“Nos avisan una semana antes desde que se forma un huracán. Aquel día nos tocaba hacer guardia en la base que estaba en Baja California, pero solicitaron que no haya nadie a bordo así que nos regresaron a nuestras casas.
“Aquellos días mi esposa estaba embarazada, pero lo bueno que el Hospital de la Armada tenía energía y así que allí nació mi hija seis días después”, señaló.
Explicó que para el día del Huracán Wilma mencionó que se guardaron las dos embarcaciones en la Marina Puerto de Isla Mujeres. Finalmente no sufrieron ningún daño.
Wilma nos castigó durante 48 horas, pero los servicios se restablecieron rápidamente, todo gracias al Estado, al Gobierno Federal porque la contingencia estaba en Mérida entonces mandaron buzos de México, brigada de electricidad, agua potable, de teléfono, entre otros”.
“Recuerdo que toda la avenida principal Rueda Medina se llenó de arena y tuvieron mucho que ver el sindicato de taxi y su secretario general que puso a toda la gente a limpiar todo”comentó.
Acerca de su familia, comentó que está compuesta por su esposa Leticia Magaña Cantón y sus hijas Tania de 28 años, licenciada en Administración de Empresa Turística, Tatiana de 23 y Alejandra de 17.
El varón Manuel de 31 años quien es el mayor y actualmente es Titular del Órgano de Control y Evaluación Interna de la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo.
Su esposa es isleña, es ama de casa y de padres fundadores de Isla Mujeres, sin embargo, ella no deja de preocuparse cuando el se va a trabajar.
“A veces se siente angustia hasta que no pise tierra firme, también me pone mal que su obligación sea cuidar de la tripulación y que estos no acaten sus órdenes porque carga con mucha responsabilidad y la gente no lo entiende” comentó Magaña Cantón.
El capitán explicó que su esposa traía consigo conocimientos heredados de su padre, motivo por el cual inclusive le ofrecía consejos para navegar.
“Cuando estés en altamar y veas que el motor no funcione mira hacia el cielo y busca tal estrella que se mueve en dirección norte o tal otra que te llevará al sur…” comentó su mujer.
“Para mi familia, el que yo sea Capitán lo han tomado muy bien y me han apoyado en todo momento, como toda familia ellos hablan de mis responsabilidades y les gusta subir fotos de mi trabajo en redes sociales” explicó Manuel Serrano.
“Con mi familia hemos viajado muy poco por mi trabajo, pero ahora quiero comprar un carro grande para viajar en familiar por todo México”
A mi hijo mayor lo veía dormir cuando me iba a trabajar y cuando regresaba a la casa, por eso digo que me tocó verlo crecer de manera horizontal”.
“siento un enorme orgullo por todos mis hijos, porque mi preocupación era que no les falte nada, pero ellos aprovecharon todo lo que les pude brindar. Hoy en día soy muy feliz porque tengo una gran familia y porque trabajo de lo que siempre me gustó que es navegar en el mar caribe”, finalizó el Capitán Serrano.