La viruela del mono, una enfermedad poco frecuente que ha afectado por siglos a habitantes de África, comenzó a reportarse a principios de mayo en varios países del mundo, incluidos Estados Unidos, Canadá y varias naciones de Europa.
Los reportes de nuevos casos en distintos países despertaron preocupación en numerosas regiones.
Y finalmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una emergencia de salud global luego del aumento en los casos en todo el mundo.
La decisión busca impulsar a las redes sanitarias nacionales a adoptar medidas preventivas.
Al mismo tiempo, las autoridades médicas insisten en que no hay motivos para el pánico y que es improbable que se vean niveles de contagio como los que se dieron con la pandemia de covid-19.
Y es que, a diferencia de cuando se reportaron los primeros casos de coronavirus, del que nada se sabía, la viruela del mono es una enfermedad ya conocida, para la que incluso existen vacunas, tratamientos y experiencias previas de brotes anteriores.
También hay que tener en cuenta que los mecanismos de monitoreo y vigilancia epidemiológica son ahora también más modernos y es más fácil en la actualidad detectar e identificar virus, lo que puede hacer que existan también más noticias sobre cepas, enfermedades infecciosas o variantes de virus.
Las autoridades de salud advierten, no obstante, que esto no implica que no se deba vigilar y actuar para contener la diseminación de los casos actuales: los virus mutan frecuentemente y nada garantiza que un brote sea igual al otro.
Aquí te presentamos algunos motivos por los que expertos en salud creen que los casos reportados hasta ahora no presentan una amenaza seria para el público general.
1. Es un virus conocido
Cuando los primeros casos de covid-19 comenzaron a reportarse en el mundo, uno de los grandes interrogantes era qué tipo de patógeno lo causaba y cuál era su origen.
Aunque el SARS-Cov-2 fue identificado en poco tiempo y varias teorías apuntan a que pasó de animales a humanos, todavía sigue en debate de qué animal se trató y cómo pasó inicialmente a las personas.
A diferencia de esa situación, el virus que provoca la viruela del mono es conocido desde hace más de medio siglo, por lo que se sabe cómo actúa y cómo se transmite.
Si bien se cree que ha estado afectando a personas en África por mucho más tiempo, fue identificado en 1958 en unos monos que se tenían en un laboratorio para una investigación, y de ahí tomó su nombre.
Sin embargo, estudios posteriores mostraron que, al parecer, los principales vectores de la enfermedad son roedores y no simios.
«La viruela del mono se descubrió por primera vez en los simios en la década de 1950, pero en 1970 se había extendido a los humanos. También se encuentra en otros animales salvajes, como algunos roedores, por lo que es posible que los monos no sean el principal reservorio natural del virus. Se supone que la transmisión a humanos se debe a la ingestión de animales infectados», explica Simon Clarke, profesor Asociado de Microbiología Celular de Universidad de Reading a Science Media Centre.
Los investigadores han identificado dos variantes del virus, una de África central, que produce una enfermedad con más síntomas, y otra de África occidental, que causa una enfermedad más leve y que ha sido la detectada en los casos reportados hasta ahora.
Aunque en los casos del nuevo brote las autoridades médicas han señalado que algunos pacientes tienen en común ser hombres que tienen sexo con otros hombres, no existe de momento evidencia de que el virus haya mutado a una forma de transmisión sexual, que no era conocida hasta ahora.
2. Existen vacunas y tratamientos disponibles
Al ser un virus conocido y que ha afectado a comunidades por décadas, existen vacunas y tratamientos disponibles.
Dado que el virus de la viruela del mono está estrechamente relacionado con el que causa la viruela, la vacuna contra esta última también ha mostrado ser efectiva para las dos enfermedades.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) explican en su página web que, si bien hasta el momento no hay tratamientos específicos disponibles para la infección por viruela del mono, los brotes pueden controlarse con medicamentos.
Son medicinas ya existentes en el mercado que han sido aprobadas y han mostrado ser efectivas contra la enfermedad, como el cidofovir, el ST-246 y la inmunoglobulina de variolovacuna.
También existe una vacuna aprobada por varias naciones para la prevención y el tratamiento de la viruela del mono, llamada JYNNEOSTM (también conocida como Imvamune o Imvanex) y que es producida por la farmacéutica danesa Bavarian Nordic.
Datos anteriores de su uso en África sugieren que es al menos 85% efectiva para prevenir la viruela del mono.
Existe una segunda vacuna contra la viruela, la ACAM2000, fabricada por Emergent Product Development, que las autoridades médicas también creen que ofrece cierta protección contra la viruela del mono. De hecho, fue esta la que se utilizó en un brote reportado en 2003 en EE.UU.
La OMS señala que algunas personas que recibieron vacunas contra la viruela pueden tener también ciertos niveles de inmunidad, aunque en muchos países esta vacunación se suspendió hace casi 40 años cuando la enfermedad se consideró erradicada.
Las vacunas, en la mayoría de los países, solo están autorizadas actualmente para personas mayores de 18 años consideradas de alto riesgo de contraer la enfermedad.
La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido explica que la vacunación contra la viruela del mono se puede usar tanto antes como después de la exposición.
Bavarian Nordic anunció en mayo que el gobierno de EE.UU. le encargó a la farmacéutica la fabricación de millones de dosis valoradas en más de US$119 millones tras la detección del primer caso en el país.
3. No es muy contagiosa
La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido asegura que, a diferencia de otras enfermedades contagiosas, la viruela del mono no se propaga fácilmente entre las personas.
En brotes previos, una persona contagiada transmitía el virus, como promedio, a entre cero y una persona, por lo que los niveles de contagio han sido muy reducidos.
«En la mayoría de los casos, una persona enferma no le trasmite el virus a nadie más«, le dijo a la cadena NPR en un reportaje sobre la enfermedad Jay Hooper, del Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del ejército de EE.UU.
El doctor Michael Head, de la Universidad de Southampton, explica que esto se debe a que el virus necesita un contacto muy cercano, a veces de piel con piel, con un individuo que esté infectado para contagiarse.
De acuerdo con la OMS, la tasa de letalidad de la viruela del simio ha variado de entre 0 y 11% en la población general y ha sido mayor entre los niños pequeños.
La propagación de la viruela del mono puede ocurrir cuando una persona entra en contacto cercano con un animal, humanos o materiales contaminados con el virus, que ingresa al cuerpo a través de la piel rota (aunque no sea visible), el tracto respiratorio o las membranas mucosas (ojos, nariz o boca).
La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido explica que la propagación de persona a persona «es poco común«, pero puede ocurrir a través de:
- contacto con ropa usada por una persona infectada (incluidas ropa de cama o toallas)
- contacto directo con lesiones o costras de la piel del enfermo
- tos o estornudos de una persona contagiada
4. Ha habido varios brotes anteriores
El primer caso humano de viruela del mono se registró en 1970 en la República Democrática del Congo y desde entonces se han reportado brotes o casos de la infección en varios países de África central y occidental a lo largo de los décadas.
Aunque los casos humanos de viruela del mono fuera de África son raros, en los últimos años se han reportado en Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Singapur.
De hecho, en Reino Unido, donde se detectó el primer caso del actual brote, se registraron también pacientes con la enfermedad en 2018, 2019 y 2021.
Todos estos brotes que se han detectado previamente fuera de África han sido muy reducidos, con muy poco número de personas contagiadas.
En un brote ocurrido en EE.UU. en 2003 se enfermaron 47 individuos.
La existencia de brotes anteriores da a las autoridades sanitarias no solo conocimiento sobre las formas en las que se puede trasmitir el virus, sino también experiencia en la forma de contenerlo, tratar a los pacientes y proponer formas para mitigar los contagios.
Sin embargo, los organismos de salud de varios países anunciaron que seguirán muy de cerca la evolución de nuevos casos, dado que hasta que no existan datos suficientes, no se puede afirmar de forma categórica que ahora será igual.
Nunca antes se habían registrado tantos casos de viruela del mono de manera simultánea en varios países y sin que se estableciera un potencial vínculo entre las personas infectadas con viajes a África, como sucede en bastantes casos ahora.
* Esta nota fue publicada originalmente en el mes de mayo y actualizada con la declaración de emergencia de salud global por parte de la OMS el 23 de julio.