El rescate de Paulina Gómez ocurrió un día y medio después del sismo que tiró el edificio donde trabajaba
“Yo les diría que conserven la fe, ahorita ya son más horas y yo sé que la desesperación llega a ser mucha, pero gracias a los rescatistas que son muy valientes, hay esperanza”.
Es la voz de Paulina Gómez, que fue rescatada del edificio Álvaro Obregón 286, unas 36 horas después de quedar atrapada con el pie fracturado bajo los escombros.
“Si me pudieran escuchar, quiero decirles que no se rindan”, expresó Pau, que trabajaba en el área de recursos humanos de la empresa IPS ubicada en el cuarto piso del edificio que colapsó.
Su emotivo rescate se ha hecho viral en la red. Ocurrió el miércoles en la noche, un día y medio después del sismo magnitud 7.1 que tiró el edificio, en el que todavía se mantienen las esperanzas de unas 40 familias de ver a sus seres queridos contar la misma historia que Paulina.
“Ya chaparrita estás afuera, venga Pau”, le gritaban. Y en ese momento, por fin, Paulina volvió a la vida.
“Era una desesperación muy grande porque dos veces los rescatistas no pudieron escucharme, entonces, yo decía ´ya voy a salir´, pero no me escuchaban, entonces se iban por horas, hasta la tercera que ya fue la vencida.
“Ahí me empecé a asustar más porque yo pensé que nada más era un pedacito, pero sí vi que todo el techo, todo estaba encima de mi y yo estaba en un pedacito que me ayudó un fierro y una maceta que fue lo que me salvó, porque cuando me sacaron vi que todo son ruinas en Alvaro Obregón”, narró
En la cruz roja
Desde el hospital de la Cruz Roja donde fue atendida, Paulina contó que todo ocurrió en cuestión de segundos apenas empezó el temblor.
“Me vio un compañero y me dijo tranquila Pau, pero no acabó de decir eso y se me cayó el techo encima”, relató
Una vez atrapada, Paulina, que se quedó boca abajo, pudo prender la luz de su celular para buscar personas vivas o muertas, pero sólo vio piedras y entonces comenzó a revisarse.
“Sentía el pantalón mojado, dije ‘no pues ya me está sangrando algo’, pero se fue secando, se fue cauterizando, lo que sí era mucho el dolor en mi pie”,explicó.
Entonces comenzó a gritar y entabló contacto con Isaac y Lucia, que también se habían quedado atrapados, pero en el piso tres del edificio.
“Nos empezamos a preguntar que en qué piso estábamos, ellos me dijeron que en el tres y yo les dije que en el cuarto, entonces pensé, ‘no pues sí estuvo fuerte, aterricé hasta el tercer piso’, pero ahora creo que fue un espacio entre los dos”, manifestó.
Sin conocer a Isaac ni a Lucía, escucharlos fue la fuerza que Paulina necesitó para no perder la esperanza.
“Les gritaba ‘siguen ahí’, y ellos me respondían que sí y luego ellos me gritaban ‘sigues ahí’ y yo decía que sí, y aunque a ratos sí te gana la desesperación, trataba de enfocarme en que estaban Isaac y Lucía y en pensar en ‘yo quiero vivir, yo voy a vivir”. Y vivió.