El gobierno del presidente Donald Trump dijo que no colaborará en una iniciativa internacional para desarrollar y distribuir una vacuna contra el COVID-19 porque no quiere ser restringido por grupos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud.
La decisión se da después que la Casa Blanca anunció en julio su decisión de retirar a Estados Unidos de la OMS. Trump asegura que la OMS necesita un reforma y que tiene una fuerte influencia de China.
Algunas naciones trabajan directamente en garantizar el suministro de una vacuna, pero otras están colaborando para asegurar el éxito contra una enfermedad que no tiene fronteras geográficas. Más de 150 países están creando el Centro de Acceso Global a Vacunas contra el COVID-19, o COVAX.
Dicha iniciativa, vinculada a la OMS, permitirá a las naciones aprovechar un conjunto de posibles vacunas para garantizar que sus ciudadanos tendrán una cobertura veloz con las que sean consideradas efectivas. La OMS dijo que incluso los gobiernos que están haciendo tratos con fabricantes particulares de vacunas podrían beneficiarse de su integración en el COVAX, porque podría suministrarles vacunas de respaldo en caso de que resulten ineficaces las que negocien de manera bilateral con los fabricantes.