Fernando “El Toro” Valenzuela ya no luce la melena de la época de la fernandomanía. Ahora es un hombre bonachón, pero que se sabe histórico. Apenas unas semanas atrás lanzó la primera bola simbólica con los Dodgers en la Serie Mundial, que perdieron ante Astros.
La pregunta aquella noche era por qué la novena de Los Ángeles no retira el dorsal 34 que hizo célebre.
No queda en mí, acepta parco; ahí sigue, pero nadie lo ha usado, a lo mejor eso quiere decir algo, sentencia.
Cuando se le pregunta sobre el regreso al país de un juego de temporada regular de Grandes Ligas, Dodgers contra San Diego, se muestra sorprendido; no estaba enterado.
Dodgers es un equipo con bastante afición en México, será interesante ver lo que sucede, apenas comenta Valenzuela; la afición de Monterrey y de todo México podrá ver un juego de temporada regular, no uno de exhibición; eso es lo que quiere vivir la gente: un gran espectáculo.
Valenzuela está de regreso al beisbol mexicano, ahora como propietario de Tigres de Quintana Roo.
Un reto que el ex serpentinero asume como difícil; que no deja de presentar problemas que solventar. No es fácil, comenta con esas frases cortas que acostumbra.
Uno de los problemas que enfrenta en su inicio al frente de Tigres, admite, es el de un grupo de jugadores que pertenecían al equipo y que fueron vendidos a Diablos Rojos –dos terminaron en Grandes Ligas–, en una operación de la que no recibió nada la novena de Quintana Roo.
Hasta el momento está pendiente el tema, acepta Valenzuela; ahí hay un problema en varios sentidos. Cuando llegas a un equipo y te dan un roster, cuentas con esos jugadores, pero nadie te aclara por qué ya no están. Hubo una triangulación donde el que pierde es Tigres. Todo fue muy extraño.
Lo cuenta Valenzuela al vuelo, durante la ceremonia de premiación de la organización Beyond Sport, en la que participaron Lorena Ochoa, Ana Guevara, María del Rosario Espinoza, Hugo Sánchez y Julio César Chávez, una combinación de éxito deportivo de México pocas veces reunida en un mismo espacio.
Beyond Sport, una organización global que convoca a las ligas y organismos más importantes: NFL, NBA, Grandes Ligas, Consejo Mundial de Boxeo, entre otros. El organismo premia a los mejores proyectos que utilizan el deporte como instrumento de cambio social; esta fue la primera vez que lo entrega en México
De seis proyectos finalistas, ganó Transformación Social Traso, localizada en Tacubaya, y cuyo trabajo es promover el boxeo para prevenir adicciones y violencia en las calles. (Agencia)
