Trump dijo esta semana que “nadie la quiere”, aplicando un patrón de simpatía que se aplica mucho más a las mujeres en posiciones de liderazgo que a los hombres.
Dijo a los votantes en Carolina del Norte que sería “un insulto a nuestro país” si Harris fuera la primera presidenta. Adicionalmente, Trump y sus aliados se empeñan en pronunciar mal el nombre de Harris, lo que según sus partidarios constituye un esfuerzo deliberado para retratar a la hija de inmigrantes como alguien indigno de aparecer en la primera fila de la política.
Trump apunta contra Harris porque tiene problemas para montar un ataque coherente contra el candidato presidencial Joe Biden, que tiene fama de lograr acuerdos entre los partidos más que de ideólogo progresista. Adicionalmente, el racismo y sexismo que sustentan la crítica de Trump a la primera mujer negra y de ascendencia asiática en la fórmula presidencial de uno de los partidos tradicionales forman parte de una estrategia agresiva para ganar votos en la clase media blanca.
Por su parte, Harris criticó duramente a Trump, pero concentrándose en su desempeño como presidente. En un acto de campaña en Miami el jueves, dijo que Trump era “irresponsable” por minimizar los efectos del coronavirus al tiempo que en privado lo llamó una “cosa letal”.
Tim Murtaugh, director de comunicaciones de la campaña de Trump, declaró que Biden, no Harris, sería el blanco principal, pero repitió el argumento que Harris era una de las fuerzas extremistas que manejan al candidato.
“Kamala Harris y su trayectoria de votos (en el Senado) ayudan a fundamentar los argumentos contra Joe Biden”, dijo Murtaugh.
Esa estrategia podría traerle riesgos a Trump. Los votantes negros apoyan abrumadoramente a Biden y una crítica sostenida contra Harris podría alimentar su entusiasmo para concurrir a las urnas en noviembre e inclinar el resultado en estados cruciales como Carolina del Norte, Florida, Pensilvania y Michigan. Una vocera de Harris se excusó de responder a los ataques más recientes de Trump.
También es inusual que un presidente ataque al acompañante de fórmula de su oponente.