El quintanarroense Carlos Vela tuvo la despedida soñada de la Real Sociedad, al jugar su partido 250 y ser el autor del gol con el que los txuriurdin cerraron el triunfo por 3-1 ante el Sevilla. El cancunense recibió multitud de detalles de cariño, desde su salida con un Anoeta iluminado en su honor, hasta el manteo que le hicieron sus compañeros al final del choque.
El mexicano fue el último realista en salir al césped de Anoeta, acompañado de su novia y de su hijo, Romeo, y se encontró con un estadio iluminado por los móviles y las barras luminosas que había repartido el club entre sus seguidores, que además desplegaron en la grada una pancarta gigante en la que se leía ‘Eskerrik asko Carlos’.
Vestido de corto, Vela salió hasta el centro del campo, en medio del pasillo que le hicieron sus compañeros con una camiseta dedicada a él, y recibió la ovación de la afición txuriurdin, puesta en pie y coreando su apellido. Después posó con toda la plantilla y los empleados con los que ha convivido seis años y medio en Zubieta.
El 11 se sentó en el banquillo, un sitio que se le ha hecho habitual en los últimos meses, al no haber rendido como antaño, cuando fue uno de los mejores jugadores de LaLiga, y desde ahí vio como de nuevo, en el minuto correspondiente a su número, Anoeta se iluminó y se dejó las manos aplaundiéndole.
Vela se llevó otra alegría en el minuto 18, cuando Iñigo adelantó a la Real y se fue a buscarle para celebrar el tanto con él, pero la noche se complicó cuando, justo antes del descanso, Ben Yedder puso el 1-1 en el electrónico.
El de Cancún seguro que, al salir a calentar en la segunda mitad, con el empate, pensó en ser el héroe, aunque se le adelantó Igor Zubeldia, que hizo el 2-1 en el primer balón que tocó.
La noche le tenía guardada una última alegría a Vela, la de despedida de la Real y Anoeta, ya que Eusebio le dio entrada en el minuto 78 y en el 90 pudo decir adiós con su gol número 73 y poniendo en pie a la afición que tanto le ha idolatrado. Sus compañeros le mantearon como final del reconocimiento a su carrera en San Sebastián.