El trayecto del avión por el terreno irregular causó el daño al fuselaje y las causas de las fallas del avión de Aeroméxico aun están por determinarse; el rápido actuar de las autoridades evitó la tragedia
El avión accidentado en Durango no alcanzó a despegar ni logró altura, porque se encontraba en la trayectoria de despegue inicial cuando salió de la pista y se desplazó por terreno irregular, lo que provocó el daño en el fuselaje, afirmó el director de Aeronáutica Civil de la SCT, Luis Gerardo Fonseca Guzmán.
El funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dijo que, de acuerdo con el equipo de investigación del cual forma parte, durante la trayectoria de despegue el avión sufre algún percance, cuyas causas son las que tienen que determinar.
Indicó que la aeronave sale de la pista y empieza a desplazarse en el terreno que está entre la pista y la calle de rodaje del aeropuerto. El correr esta distancia de 200 a 300 metros es lo que provoca el daño en el fuselaje y el desprendimiento de los motores.
Detalló que cuando la aeronave termina su desplazamiento, se detiene, en ese momento y como marcan los protocolos, la tripulación procede a la evacuación de los pasajeros y todos logran salir antes de que se incendie, “eso es lo que sabemos hasta el momento”.
Fonseca Guzmán mencionó que fue a la mitad de la pista cuando el avión inicia el desplazamiento en el terreno irregular, y con la velocidad que llevaba es lo que provoca el daño.
Fue un desplazamiento horizontal, sin girar ni nada, lo cual no permitió daños mayores y que los pasajeros pudieran salir”, indicó.
Además, dijo, la tripulación y los pasajeros actuaron conforme a los protocolos establecidos, tanto los pilotos, sobrecargos y los pasajeros que salieron de manera ordenada, “esa es la principal razón de la que podemos agradecer que no haya víctimas fatales”.
También la pronta intervención de los cuerpos de rescate del aeropuerto de Durango y del personal de Protección Civil del estado, de la Secretaría de la Defensa Nacional, Policía federal, “todos los protocolos de seguridad funcionaron bastante bien”.
Detalló que el 59 por ciento de las aeronaves que están en operación tienen una antigüedad inferior a 10 años, 24 por ciento tiene entre 10 y 15 años, por lo que el promedio de una antigüedad de 10 años es bastante típica, siguen siendo rentables para mantenerlas en un vuelo regular, con múltiples vuelos en un solo día hasta prácticamente 20 años.
A partir de ahí y las condiciones de mantenimiento que se requieren, los rendimientos de combustible y las actualizaciones tecnológicas llevan a las aerolíneas en la medida de sus posibilidades a la renovación, subrayó.
Comentó que el equipo de investigación que hoy ya está integrado y que se encuentra en el lugar tomará en consideración el viento como parte de las líneas de investigación, pero las causas finales y el resultado se dará una vez que hayan recopilado toda la información.
Fuente: Excélsior