El presidente chino, Xi Jinping, corta el listón del puente de 55 kilómetros de longitud que une las regiones semiautónomas de Hong Kong y Macaocon la China continental
El presidente chino, Xi Jinping, inauguró hoy el mayor puente marítimo del mundo, una de las obras más ambiciosas del país asiático que ve la luz tras años de retrasos y sobrecostes, a fin de integrar aún más las regiones semiautónomas de Hong Kong y Macao con la China continental.
La obra, de 55 kilómetros de longitud, incluye un largo puente de carreterasobre las aguas del delta del río de las Perlas y un túnel submarino.
El macropuente permite conectar, gracias a islas artificiales y gigantescos enlaces viarios, la isla hongkonesa de Lantau, al este, con la excolonia portuguesa de Macao, al oeste, y la ciudad de Zhuhai, en la provincia de Cantón.
Abrirá oficialmente el miércoles, un día después de su inauguración.
Xi presidió los actos de inauguración acompañado de los máximos mandatarios de las tres ciudades que conectará este puente, pero evitó los discursos, que corrieron a cargo de la jefe de Gobierno de Hong Kong, Carrie Lam , y su homólogo de Macao, Fernando Chui Sai-on, así como el viceprimer ministro chino Han Zheng.
Todos ellos acordaron ensalzar esta faraónica obra como una pieza clave de la unión territorial, comercial y económica para toda la región del sur de China.
Para su construcción se emplearon 400 mil toneladas de acero, el equivalente a 60 torres Eiffel, que se reparten entre los 55 kilómetros de longitud, de los que 30 kilómetros están levantados sobre mar abierto y 6.7 componen un túnel subterráneo instalado en las aguas del sur de China que permitirán que buques de mercancías y barcos de amplia envergadura sigan circulando.
Diseñado para unir las ciudades del sur del delta del río Perla, el macro proyecto arranca en la isla de Lantau de Hong Kong, en paralelo al aeropuerto de la ciudad, y concluye en una isla artificial construida entre Macao y Zhuhai, donde se encuentran los controles migratorios y desde donde salen barcos y canales subterráneos urbanos para facilitar el acceso a los pasajeros.
Considerado como un eje clave del plan de China para fortalecer la industria y el comercio del Delta del río Perla, un área de 56 mil 500 kilómetros cuadrados que abarca a 11 ciudades y más de 68 millones de personas, el nuevo enlace financiado por las tres ciudades atenderá tanto la demanda de tráfico de carga como de pasajeros.
A partir de mañana, los vehículos autorizados que podrán hacer uso público del viaducto, en el que habrá restricciones al tráfico de vehículos privados, recorrerán en 40 minutos lo que hoy les lleva más de cuatro horas.
No obstante, la construcción del puente, que comenzó en diciembre de 2009 en la ciudad china de Zhuhai, ha estado empañada de retrasos, sobrecostes y tensiones políticas, además de cobrarse la vida de una veintena de trabajadores y más de 600 heridos a lo largo de los nueve años de construcción.
El peaje político y económico de la colosal obra sigue siendo objeto de discusión incluso en su inauguración, ya que los críticos consideran que el gasto de la infraestructura, que superó los 15 mil millones de dólares, con un gasto extra de cerca del 26 %, será difícilmente recuperado.
RECELO Y SOSPECHAS
Muchos de los 7 millones de hongkoneses temen que la obra implique una mayor integración a la República Popular que recorte las libertades que les da su estatus especial dentro del país.
Ha sido precisamente en esta ciudad desde la que la obra ha recibido fuertes críticas por parte de la oposición política y organizaciones ecologistas, al considerar que ha reducido seriamente al hábitat de especies marinas como el delfín blanco chino, que prácticamente ha desaparecido de la zona.
La apertura de este puente se lleva a cabo tan solo un mes después de que se inaugurara en Hong Kong el tren de alta velocidad que, por primera vez, conecta la excolonia británica con los 25 mil kilómetros de red ferroviaria china.
Ambos proyectos abren un nuevo capítulo para las infraestructuras de Hong Kong y el área del sur de China, donde el gigante asiático tiene el ambicioso proyecto de convertirlo en un área de innovación industrial y tecnológico mundial que compita con Silicon Valley.
Los críticos con esa conexión ferroviaria la consideran como un ‘caballo de Troya’ de Pekín en Hong Kong, ya que implicó la construcción de una nueva estación en el centro de la excolonia británica, vigilada por agentes de seguridad chinos.
Es la primera vez desde la devolución de Hong Kong al gigante asiático que las leyes chinas se aplican en un área del territorio semiautónomo.
RESTRICCIONES
El principal tramo del puente está bajo soberanía china, y los automovilistas hongkoneses que lo recorran deberán someterse a las leyes y normas del continente, según del Departamento de Transportes de la ciudad.
Para poder circular por el puente, los conductores de Hong Kong deberán, además, obtener un permiso cuya entrega depende de unos criterios muy restrictivos, como el hecho de ocupar determinados puestos oficiales en China o de haber hecho donaciones a organismos caritativos en Cantón.
Al final, la mayoría de los pasajeros que utilizarán el puente lo harán a bordo de autocares con autorización oficial.
Numerosos internautas hongkoneses lamentaron esas restricciones para usar una construcción financiada en gran parte por el territorio semiautónomo.