Cancún, Q. Roo.- Un pequeño quedó prácticamente en la orfandad, después de que su madre y padrastro fueran ejecutado y sus cuerpos arrojados la madrugada del jueves en la Supermanzana 68, pero al niño, los asesinos le perdonaron la vida y lo dejaron deambulando en la calle.
Resulta que habitantes de la Supermanzana 75 reportaron que rescataron a un pequeño que caminaba solo por la zona y quien no era reconocido por los moradores, ante los hechos, la Fiscalía General del Estado emitió un comunicado para buscar a la familia del infante donde decía que la “Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer y por Razónes de Género, había iniciado la carpeta de investigación FGE/QR/CAN/FEDCMRG/05/1675/2019, por el delito de abandono de niños, niñas y adolescentes en contra de quien o quienes resulten responsables, en agravio de un infante en calidad de desconocido”.
Trágico pasado
Debido al desconocimiento de los familiares, el DIF municipal de Benito Juárez tomó al pequeño bajo su cuidado mientras se hallaban a los padres; fue cuando familiares del pequeño aparecieron, señalando que el infante respondía al nombre de Tirone Jair, tiene un año y medio de edad, y era hijo de Dinot Montejo (Sandy), de 18 años de edad, quien fue ejecutada (torturada, maniatada, amordazada y estrangulada), y su cuerpo arrojado en la Supermanzana 68, en la calle 3, manzana 8 y lote 21, entre la avenida Miguel Hidalgo (Ruta 5) y calle 36, y encontrado a las 5:19 de la mañana del jueves 23 de mayo.
Sin embargo, el cuerpo de la joven madre no estaba solo, ya que junto a él, estaba también ejecutado la pareja sentimental de “Sandy”, quien fue identificado como Javier Eduardo Rojas, de 21 años de edad, padrastro del pequeño Tirone.
Según los familiares, el pequeño siempre andaba junto a su madre y padrastro; los tres se transportaban en una motocicleta y se crecía que el padrastro andaba en malos pasos, desapareciendo entre la noche del miércoles y madrugada del jueves, hasta que se enteraron de su ejecución y no supieron del paradero del pequeño.
Se especula que los sicarios habrían levantado al padrastro, a la mamá y al pequeño, pero antes de ejecutar a los dos jóvenes y arrojar sus cuerpo en la Supermanzana 68, los asesinos dejaron en la cercana Región 75 al pequeño.
Junto al cuerpo de los dos jóvenes ejecutado se halló un papel en el que los asesinos escribieron: Esto es para que no le sigan pegando al ver**, sigan mandando a sus alcones, esto les va a pasar a todos (sic)”, dejando entrever que el padrastro habría trabajado como “halcón” de un grupo criminal.
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