Una bielorrusa presa en Tailandia por dar lecciones de sexo sin permiso dice tener una historia que contar que involucra al Kremlin, multimillonarios rusos e incluso al presidente de EU
Anastasia Vashukévich, más conocida como Nastia Ribka, detenida en Tailandia el pasado domingo, pidió asilo político en Estados Unidos a cambio de información sobre la llamada «trama rusa”.
Fuimos detenidos por la policía tailandesa, que quiere extraditarnos ahora a Rusia. Pedimos que se nos conceda asilo político y se nos brinde protección cuanto antes porque tenemos información importante para EU y ponemos en serio riesgo nuestras vidas», dice la carta divulgada por el canal ruso RT.
La misiva, que junto a Ribka firman otras nueve personas, detenidas por impartir un curso sexual en Tailandia, sostiene que su arresto es consecuencia de un gran escándalo político en Rusia, que se desató tras la salida a la luz de la última investigación anticorrupción del líder opositor ruso, Alexéi Navalni.
Este «estudio», dice la carta, se basó en uno de sus videos sobre la conexión entre el viceprimer ministro ruso (Serguéi) Prijodko y el oligarca Oleg Deripaska, uno de los magnates rusos más ricos.
A principios de febrero, Navalni difundió una grabación en el que acusaba a Deripaska de sobornar al vicepresidente del Gobierno ruso y mencionaba la supuesta conexión del primero con la llamada «trama rusa» de EU a través del exjefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort.
En el polémico video aparecían imágenes de otra grabación, publicadas inicialmente en el Instagram de Ribka, que mostraban a Deripaska y a Prijodko navegando por las aguas noruegas en un yate en compañía de la detenida, una escort a la que Navalni califica de prostituta.
Las imágenes de la travesía en yate corresponderían a tres meses antes de las elecciones presidenciales de EU de 2016.
Antes de pedir asilo, Ribka ya se había dirigido a los medios estadunidenses, ofreciéndoles información sobre la relación de los rusos con Manafort, Trump y todos los escándalos en torno a las elecciones estadunidenses.
Sé mucho, espero sus propuestas, los espero en la cárcel tailandesa», se dirigió Ribka a los periodistas a través de las redes sociales.
Unas anteriores «aventuras» en el yate de un magnate ruso, junto a otras chicas de compañía invitadas, Ribka las describió en un libro, «Diario para seducir a un multimillonario, o un clon para un oligarca».
Tras la publicación del polémico clip de Navalni, el órgano supervisor ruso de los medios de comunicación, Roskomnadzor, bloqueó la web del opositor, obligándolo a retirar la investigación en virtud de una demanda de Deripaska, quien, por su parte, alegó la violación de su derecho a la privacidad.
El Kremlin negó que la visita a Tailandia del secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, estuviera relacionada con la detención de en ese país de Ribka y otros ciudadanos rusos mencionados en la grabación de Navalni.
Estas visitas se acuerdan con antelación. Es absurdo intentar vincularla de alguna forma con la detención de ciudadanos rusos en el territorio de Tailandia», dijo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Y es que Ribka también denunció en Instagram que las autoridades tailandesas aceptaron primero ponerles en libertad y les entregaron sus pasaportes con visados, pero tras la intromisión de algún «pez gordo» de la embajada rusa, volvieron a detenerlos y a quitarles la documentación.