Isla Mujeres. – Con musica de aplausos fue despedido Carlos García Castilla, mejor conocido “Válvula”, quien desde este domingo descansa en el Cemeterio Municipal de Isla Mujeres.
Aun cuando las nuevas generaciones no lo conocieron, es importante recordar que fue el descubridor de “La Cueva de los Tiburones Dormidos”, misma que en los años 80`s hizo famoso el buzo Ramón Bravo Prieto, terminando con la hipótesis que existía sobre sí los tiburones dormían o no.
A los 68´s años encontró la muerte luego de sortear varias complicaciones médicas, una de ellas, la diabetes y la hipertensión.
Carlos García mejor conocido como el “Válvula” falleció desde el pasado viernes en Cancún y durante el sábado fue velado en Isla Mujeres.
Para este domingo, se llevó a cabo la misa de cuerpo presente en la iglesia de la imaculada concepción en donde familiares y amigos acompañaron a la leyenda del buceo en Isla Mujeres.
Nació el 2 de mayo de 1949 pero durante su juventud, García Castilla se destacó por su extraordinaria capacidad pulmonar, bucenado a grandes profundidades a puro pulmón.
En aquella época no era común el uso de los tanques de oxigeno para bucear y menos en la pesca o producción de la langosta.
Su destreza bajo el mar era impresionante y su pasión por explorar nuevos lugares de pesca, lo llevaron a descubrir la Cueva de los Tiburones Dormidos.
Su descubrimiento fue compartido por varias personas, pero fue hasta que conocio a Ramón Bravo Prieto cuando en realidad el hallazgo tuvo una relavancia mundial.
Durante muchos años, la comunidad científica pensó que los tiburones, no dormían, esto al carecer de vejiga natatoria; se pensaba que debían mantenerse despiertos siempre, pero esta hipótesis se fue por los suelos cuando “Válvula” al bucear por el área (hoy conocida como la cueva de los tiburones dormidos), encontró una cueva y en su interior había siempre uno o varios tiburones prácticamente “descansando”, inmóviles, como si estuvieran durmiendo.
Al principio fue asombro para él, pero descubrió que los escualos dormían porque dijo que inclusive podía acercarse y tocarlos sin lograr alguna reacción sobre ellos.
Su descubrimiento lo compartió con algunos amigos, pero fue gracias a Ramón Bravo quien al documentarlo, logró la mirada de cientos de científicos de todo el mundo, quienes no daban crédito a tal hecho.
Muchos expertos en la materia quienes no creían en el descubrimiento de “Válvula” pensaron que el mentía y que sólo se trataba de tiburones “Gata”, pero fue a través de los ojos de Ramón y de sus videos, cuando el mundo conoció sobre este lugar, ubicado a pocas millas náuticas de Isla Mujeres Quintana Roo.
García Castilla estuvo delicado en varias ocasiones, una de ellas tras reponerse de un infarto y después luchar contra la diabetes.
Aun con toda la publicidad de su descubrimiento, él nunca recibió apoyos ni regalías, vivió sus últimos años gracias al apoyo de su familia y de amigos, quienes le realizaron donativos, el cual siempre agradeció.