Permisionarios del Tiburón Ballena, en su mayoría gente de Isla Mujeres hoy levantaron la voz en protesta contra las nuevas disposiciones implementadas por Vida Silvestre en su recién “estrenado” Plan de Manejo. La controversia radica en la limitación a un solo permiso por persona, una medida que ha dejado a 164 permisionarios de Isla Mujeres y otros en el desamparo, señalando que sus medios de vida están en riesgo.
Los afectados por esta acción han empezado a recabar firmas y planear acciones para echar a tras el nuevo plan de manejo, pues según ellos, amenaza el frágil equilibrio de sus patrimonios. Nunca antes se había presenciado un cambio de tal magnitud sin un consenso previo, comentaron.
Y es que de acuerdo al nuevo Plan de Manejo el cual se publicó ya en el diario oficial de la federación, en sus “Medidas generales de manejo para realizar actividades de observación y nado con el tiburón ballena en su apartado número cuatro dice a la letra:
Que de conformidad con el Artículo 98 fracción II, del RLGVS y a efecto de que las actividades que se desarrollen, puedan derivar en beneficio para las comunidades en igualdad de condiciones, solamente se otorgará una (01) autorización por embarcación, por un distintivo (banderola) por persona física o moral, Para tales efectos el otorgamiento de banderolas por permiso se realizará de la siguiente manera:
Persona física o moral
Numero de embarcaciones registradas por una persona (01)
Número de banderolas otorgadas por embarcación registrada
Solo una persona (01)
Una embarcación
Un (01) distintivo (banderola)
Aseguran que la medida parece estar diseñada para favorecer a ciertos actores en detrimento de otros. Los permisionarios de Isla Mujeres señalan que existe dolo y que buscan beneficiar a náuticos de Cancún, cuando este proyecto inició precisamente para beneficiar a pescadores de Isla Mujeres y de Holbox.
En un contexto donde la conservación de la vida silvestre y el turismo sostenible son pilares fundamentales, la falta de diálogo y consenso en la implementación de estas medidas ha generado una grieta la cual podría llegar a protestas.
Sin embargo, mientras muchos hoy ven con preocupación el futuro de sus negocios, otros celebran la apertura de oportunidades, principalmente quienes antes no tenían oportunidad de acceder a estos permisos.
Ante este escenario de tensiones y desacuerdos, la pregunta que persiste es si el nuevo plan de manejo logrará su cometido de proteger la biodiversidad marina sin sacrificar los medios de vida de aquellos que han sido pilares en la promoción de un turismo responsable en la región. Mientras tanto, los permisionarios del Tiburón Ballena aguardan en vilo, en la incertidumbre.