La tensión aumenta entre los gobiernos de Rusia y Estados Unidos con la expulsión de 10 diplomáticos estadunidenses que se encontraban en Rusia.
Esto puede considerarse una represalia por la expulsión del mismo número de funcionarios de su embajada en Washington, que fueron acusados de actividades maliciosas, anunció el viernes el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.
Estados Unidos impuso el jueves varias sanciones a Moscú, que incluyen prohibir a bancos estadounidenses la compra de bonos soberanos del banco central, del fondo soberano estatal y del Ministerio de Finanzas, por la interferencia en las elecciones de noviembre, la intrusión informática y el acoso a Ucrania.
RUSIA NIEGA ACUSACIONES
Lavrov, en una conferencia de prensa el viernes con su par serbio, expuso la respuesta de Rusia.
Además de expulsar a 10 diplomáticos estadounidenses, dijo que Moscú incluirá a ocho funcionarios estadounidenses en una lista de sanciones y pondría fin a la actividad en Rusia de fondos y ONG estadounidenses que, a su juicio, interfieren en los asuntos internos del país.
El diplomático dijo que Rusia también estaba considerando posibles medidas «dolorosas» dirigidas a los negocios estadounidenses en Rusia.
El Kremlin había dicho antes que las potencias nucleares están muy distanciadas en la cuestión de las sanciones, aunque Moscú, al igual que Washington, está interesado en cooperar.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha propuesto que él y Putin se reúnan para celebrar una cumbre, pidió a última hora del jueves bajar la tensión tras el anuncio de las sanciones, y dijo que era vital que la Casa Blanca y el Kremlin mantuvieran abiertas las líneas de comunicación.
(Putin) ha dicho en repetidas ocasiones que estamos dispuestos a desarrollar el diálogo en la medida en que nuestras contrapartes estén dispuestas a hacerlo. En este sentido, es probablemente positivo que los puntos de vista de los dos jefes de Estado coincidan», dijo el portavoz del gobierno ruso Dmitri Peskov a los periodistas.
Sus puntos de vista no coinciden categóricamente cuando se trata de crear relaciones mutuamente beneficiosas y de tener en cuenta los intereses del otro», añadió sobre las sanciones.
El temor a las sanciones de Estados Unidos ha provocado volatilidad en los mercados rusos durante semanas y ha hecho que el rublo caiga con fuerza esta semana. Sin embargo, la moneda nacional recuperaba terreno cuando se hizo evidente que las sanciones no llegaban a ser medidas paralizantes o frenaban la capacidad de Moscú de emitir deuda estatal.
La relación entre Rusia y Estados Unidos se volvió la más distante desde la Guerra Fría el mes pasado, después de que Biden dijo que pensaba que Putin era un «asesino» y Moscú llamó a consultas a su embajador en Washington.
El enviado aún no ha regresado casi un mes después.
Las sanciones fueron una respuesta a las sospechas de intromisión de Moscú en las elecciones estadounidenses del año pasado, el ciberacoso, el hostigamiento a Ucrania y otras supuestas acciones malignas.
El Kremlin dijo que Putin aún no había decidido si participaría en una cumbre sobre el clima liderada por Estados Unidos.