Timothy Ray Brown, el estadounidense que se convirtió en 2008 en el primer hombre en curarse del VIH, padece un cáncer en fase terminal, anunció su pareja.
Seguiré luchando hasta que ya no pueda luchar», dijo el enfermo a Mark S. King por teléfono.
Timothy Ray Brown escribió una página de la historia médica del VIH, el virus que causa el sida.
En 1995 vivía en Berlín cuando se enteró de que había contraído el virus. En 2006 se le diagnosticó una leucemia.
Para tratar la leucemia, su médico, de la universidad de Berlín, recurrió a un trasplante de células madre de un donante con una mutación genética rara que le otorgaba una resistencia natural al VIH. El objetivo era acabar con el virus y la enfermedad al mismo tiempo.
Se necesitaron dos trasplantes, unas intervenciones peligrosas, pero el resultado fue un éxito. En 2008, Brown fue declarado curado de ambas cosas. El anuncio inicial se refirió a él como «el paciente de Berlín».
En 2010 aceptó desvelar su identidad y desde entonces se convirtió en una personalidad pública.
Soy la prueba viva de que puede haber una cura para el sida», dijo a la AFP en 2012.
Desde su caso, sólo se anunció otra remisión de un contagiado de VIH, en marzo en 2019. Ese paciente, Adam Castillejo, fue sometido al mismo tratamiento que Brown y ahora se considera como totalmente curado.
El método del trasplante de células madre no se considera una forma de tratamiento realizable debido a los riesgos que implica: para poder llevarla a cabo se debe suprimir el sistema inmunitario del receptor con quimioterapia para «sustituirlo» por el del donante.
Los tratamientos antirretrovirales permiten hoy que los contagiados por el VIH puedan vivir con normalidad.