Las pruebas, entre ellas algunas intervenciones telefónicas, fueron entregadas a los abogados del ex policía, acusado de distribuir cocaína en Estados Unidos y recluido en el Centro de Detención Metropolitana de Brooklyn.
El Departamento de Justicia espera que Reyes Arzate se decida a declarar en contra de García Luna, quien fue su jefe y también se halla preso en Nueva York al ser acusado de recibir sobornos del cártel de Sinaloa.
La fiscalía asignada al caso envió al juez Brian Cogan una solicitud para que se emitiera una orden de protección de las pruebas que pueden incluir “declaraciones de menores de 18 años”, lo que podría “conducir a identificar testigos potenciales”, así como información relacionada “con investigaciones en curso o relacionada con técnicas sensibles de aplicación de la ley”.
Las pruebas se difundirán sólo al equipo del demandado Reyes Arzate que no podrán filtrarlas a nadie más bajo ninguna circunstancia.
Ese alud de nuevos argumentos judiciales se sumó a las restricciones a que obliga la pandemia de covid-19 para posponer por 60 días la audiencia programada para el 21 de abril, para que así la defensa del acusado tenga tiempo suficiente para revisar el expediente.
Con la demora, el gobierno estadunidense espera que ambas partes “continúen participando en negociaciones de declaración de culpabilidad” para así evitar el juicio.
Reyes Arzate, ex comandante de la Unidad de Investigación Sensible de la Policía Federal, fue presentado ante un juez el 24 de enero acusado de tres cargos: conspiración internacional de distribución de cocaína, conspiración para distribuir y poseer con la intención de distribuir cocaína y conspiración para importar cocaína.
A comienzos de 2017, Reyes Arzate se entregó a la justicia norteamericana y fue acusado de obstruir una investigación y proteger a un cártel ligado a Los Beltrán Leyva, además de que reveló la identidad de una informante de la DEA, que posteriormente fue secuestrada y asesinada por dicho grupo delictivo.
La acusación de la Corte de Distrito de Illinois detalla que Reyes Arzate evitó a toda costa que los líderes de Los Beltrán fueran detenidos por la DEA y por las fuerzas federales en México. En noviembre de 2018, un juez federal de Chicago lo sentenció a 40 meses de prisión y su condena terminaba el 27 de enero del 2020, pero cuatro días antes surgió la nueva acusación.
Evidencia obtenida por la Policía ha revelado que el acusado recibió cientos de miles de dólares en sobornos de los cárteles mexicanos de la droga a cambio de proporcionar protección para sus actividades.
Ahora con el cambio de fecha a su audiencia, tendrá algunas semanas más para evaluar las pruebas en su contra y ver si decide aceptar un acuerdo de culpabilidad para pasar a ser uno de los testigos principales en contra de García Luna.